Una huerta que unió a toda la familia
- La familia Flores, de General Villegas, cultiva en el patio de su casa para comer frutas y verduras saludables y también para vender en el barrio.
- Claudio y su esposa Mariana se capacitaron con cursos de Pro Huerta.
- Sus hijos, Camila de 13 años y Valentino de 4, los ayudan a trasplantar los plantines y a regar.
- Este año participaron de ediciones de la Feria de Huerteros “De la Tierra a la Mesa”, en su ciudad.
En el patio de la casa de la familia Flores, en General Villegas, hay una gran huerta donde el verde, rojo y morado de las frutas y verduras llama la atención. Es el lugar favorito de Claudio (43) y su esposa Mariana (36), quienes junto a sus hijos Camila, de 13 años, y Valentino, de 4, cultivan alimentos de estación para comer más sano y vender sus productos a los vecinos del barrio.
Para ellos, la huerta es el lugar donde comparten una actividad familiar que les tranquilidad y los ayuda a mejorar sus vínculos. “Es importante tener una huerta en un hogar, primero y primordial, para comer sano; y segundo, porque une a la familia”, contó Claudio, quien comenzó con a sembrar porque tiene dislocada la cadera y no puede hacer trabajos pesados.
Este año participaron de las dos ediciones de la Feria de Huerteros y Alimentos Saludables “De la Tierra a la Mesa”, organizadas por el ministerio en su ciudad. Es uno de los encuentros que nadie se quiere perder porque allí encuentran alimentos saludables y frescos que no consiguen en otro lado. “Está bueno participar de la feria para que la gente conozca lo que nosotros hacemos”, explicó Mariana, quien tiene disminución visual y conoció a su marido hace 14 años en un taller de discapacidad.
Cuando descubrieron su pasión por la actividad en la huerta comenzaron a participar de las capacitaciones de ProHuerta. Aseguran que lo que más les alegra es que sus hijos encuentran en allí un lugar de tranquilidad y diversión. “Lo ayudo a mi papá a trasplantar los plantines y corto las plantas que están secas. Como que me divierto y estoy un poco más libre ahí”, dijo Camila, quien junto a su hermano menor pasan horas en la huerta regando y limpiando.
En ese espacio cultivan de todo: lechuga, acelga, cebolla, pepino, zanahoria, ají, perejil, menta, repollo, remolacha, espinaca y algunas frutas como frutillas, uvas y ciruelas. Su próximo proyecto es sumar un invernadero para poder generar más variedad. Es un trabajo que hacen con esfuerzo, pasión y mucho amor. “Cada vez que vemos un fruto nos ponemos muy felices y lo comemos con ganas y entusiasmo”, finalizó Claudio.