Ricardo Rojo: en su cocina se encuentran los sabores de todo el país
- Ricardo Rojo fabrica pan y comidas caseras en su local en Salta.
- Sueña con seguir perfeccionándose en su rubro y llegar a comercializar su producción en las cadenas de hoteles más importantes de Salta.
- Este emprendedor comenzó elaborando facturas y ahora hace eventos de catering para diversos salones de su comunidad.
- Ricardo en el proceso de elaboración de la masa para hacer empanadas.
- El microcrédito que recibió por parte del ministerio le permitió comprar máquinas nuevas.
- Ricardo se capacitó como técnico en administración de empresas y realizó cursos de cocina.
- En su cocina siempre amasa algo especial y delicioso: empanadas, pastas y platos elaborados.
Todas las mañanas, desde hace más de quince años, Ricardo Rojo se levanta de madrugada para amasar y hornear los panes caseros que vende en su rotisería familiar. Trabaja junto a su esposa y uno de sus ocho hijos y con esfuerzo la transformó en un clásico del barrio Castañares, en la ciudad de Salta. El secreto con el que lleva adelante el proyecto es simple: encarar cada preparación con entusiasmo, para que sea realmente especial. Como si cocinara para su propia familia.
El emprendimiento incluye empanadas caseras, distintos tipos de pastas y platos más elaborados, como papas rellenas al york. Antes de trabajar en la cocina, Ricardo se había formado como técnico en administración de empresas y tuvo un paso por el cuerpo de los Cascos Azules, la Fuerza de Paz de las Naciones Unidas. “Fue una experiencia de vida que me marcó. Dentro nuestro país me tocó estar en zonas tan diferentes como Río Galleos y Tartagal”, cuenta. Esos viajes dejaron huellas y las supo aprovechar para generar un proyecto con su mayor vocación: cocinar. “Los diferentes sabores que fui recolectando en los lugares que conocí están hoy en los panes y en las recetas que preparo”, asegura.
A través de uno de los promotores territoriales de microcréditos, la ayuda económica que brinda el Ministerio de Desarrollo Social a quienes quieren hacer crecer su emprendimiento, tramitó su primer préstamo. “Con esos fondos pude iniciar un nuevo camino. Mi fuerte siempre fue la elaboración artesanal. Entonces busqué la posibilidad de alternar entre la panadería y la gastronomía”, cuenta Ricardo mientras corta tapas de empanadas con un molde circular.
Tramitó un microcrédito que fue devolviendo a baja tasa de interés y esto le permitió mejorar la infraestructura del local, comprar insumos e incorporar nuevas maquinarias para poder producir en gran cantidad.
“Esto me ayudó a organizarme, capacitarme y mejorar las condiciones de trabajo”, asegura. Sus clientes de siempre son los vecinos del barrio. Aal poder ampliar el volumen comenzó a proveer catering a los salones de fiesta de la zona. Y se anima a seguir soñando: “Me encantaría vender a las cadenas de hoteles más importantes de Salta”.